Hijos únicos

Durante mucho tiempo se ha mantenido el mito de que los hijos únicos son personas superprotegidas, egoístas, introvertidas y malcriadas pero en realidad no presentan diferencias significativas con respecto a los niños que tienen hermanos siempre que se den unas determinadas condiciones como: mantener contacto con sus iguales desde pequeños, tener unas pautas educativas claras estableciendo límites y normas, así como, presentar un vínculo afectivo adecuado.
Un factor importante es jugar con sus iguales ya que hace que los niños aprendan valores como compartir o resolver pequeños conflictos, pero no debemos olvidarnos de la sobreprotección.
La sobreprotección puede darse en todos los niños independientemente de si tienen hermanos o no ya que consiste en que los progenitores muestran una actitud exagerada sobre sus hijos, acarreando inseguridad, miedo y dependencia, no permitiendo un adecuado desarrollo de las habilidades sociales en los menores.
Algunas pautas para educar a nuestros hijos en valores son:
-Animarlos a participar en actividades grupales.
-Dar responsabilidades adecuadas para su edad con límites claros.
-Valorar sus éxitos sin exagerar.
-Enseñarles normas sociales a través del juego.
-Enseñarles a aceptar sus defectos y equivocaciones.