Ponernos de mal humor cada vez es más frecuente, nos molestan los ruidos, las personas, el tráfico, algunos comentarios…
Pero es importante saber cuáles son los motivos más frecuentes que aumentan nuestra irritabilidad, para así poder intentar controlarlos, por ejemplo:
-la falta de sueño o las interrupciones durante el mismo, es una de las causas principales por las que podemos sentirnos más irritables, ya que dormir nos ayuda a recuperarnos, aspecto que vemos mermado cuando dormimos mal o poco tiempo, produciéndonos dificultades para mantener la atención.
-encontrarnos bajo estrés, también nos convierte en personas más irritables, ya que tras un intervalo de tiempo prolongado (varios días) bajo estrés aumentan nuestros pensamientos negativos y disminuye nuestro descanso.
-el pesimismo, es otro factor asociado al mal humor, debido a que nuestra forma de interpretar los acontecimientos diarios hace que realcemos y recordemos más las cosas negativas que nos suceden, convirtiéndose en un círculo vicioso.
Cuando el mal humor se instaura en nuestras vidas se hace complicado eliminarlo y disfrutar en nuestro día a día, y en estos casos es probable que tengamos distimia, caracterizada por un bajo estado de ánimo, tristeza e irritabilidad. Si este es tu caso, te aconsejo que intentes adquirir estrategias de inteligencia emocional en terapia psicológica, ya que las personas con distimia tienen más probabilidades de padecer depresión.