Casi todos en algún momento de estrés o tristeza hemos recurrido a la nevera de madrugada, sin plantearnos si realmente tenemos hambre, ingerimos grandes cantidades de comida hipercalorica.
Cuando este suceso se convierte en una rutina nocturna, podemos tener el síndrome del comedor nocturno, donde las personas que lo padecen se levantan con escaso apetito y retrasan la hora del desayuno, consumiendo alimentos ricos en carbohidratos y azúcares tras la cena, llegando a comer más en esta ocasión que en todas las comidas a lo largo del día. También suelen tener problemas para conciliar el sueño así como, constantes interrupciones del mismo a lo largo de la noche, debido a presentar calor, encontrarse nervioso, tener molestias en la espalda…
Se suelen dar frecuentes sentimientos de tristeza, nerviosismo, y pensamientos negativos que pensamos que sólo se pueden aliviar comiendo productos determinados, a modo de «antojos» como chocolate, bollería, pizza, helado,…
Mis consejos si deseas mejorar tus hábitos de vida saludables por la noche son:
-Cuando sientas la necesidad de comer estos productos, intenta darte cuenta de si realmente tienes hambre o sólo comes sin sentido.
-Intenta pensar si ha habido alguna circunstancia por la cuál te hayas sentido mal recientemente.
-Desayuna bien cada día.
-Descansa en un lugar donde te encuentres tranquilo y relajado.
-Practica la relajación para mejorar el control de tus emociones.
-Realiza una actividad deportiva que te ayude a relajarte.