Las redes sociales se han implantado en nuestras vidas, ocupando gran parte de nuestro tiempo. En muchas ocasiones, esto es debido a que nuestros roles ajetreados en la sociedad, nos hacen sentir solos, teniendo que buscar alternativas para conocer a otras personas.
Aunque el uso que cada uno de nosotros dé a las mismas, depende de las motivaciones y necesidades intrínsecas; las redes sociales cumplen una importante función sociabilizadora, de marketing, y de búsqueda de pareja o empleo, pero un uso excesivo de las mismas, puede conllevar adicción, aislamiento social, ansiedad, etc.
Podemos hablar de un uso adictivo de las nuevas tecnologías cuando:
-La persona invierte mucho tiempo y esfuerzo en ellas.
-Se altera el estado de ánimo durante su uso (ansiedad e irritabilidad).
-Se producen problemas para conciliar el sueño, pérdida de la noción del tiempo.
-Se descuidan las responsabilidades laborales, escolares, etc.
-Miente para ocultar el tiempo o dinero invertido.
Según diversas investigaciones científicas, las personas más proclives a obsesionarse con el uso de las redes sociales, suelen tener baja autoestima, buscar la aceptación y el refuerzo continuo de su entorno, y/o quieren llamar la atención.