No seas un chantajista

El chantaje emocional, es una forma muy común empleada para controlar a otra persona generándole sentimientos de culpa, obligación o miedo, y así obtener lo que uno desea.
Los sentimientos negativos que se generan en la persona chantajeada hacen que acabe realizando los deseos del chantajista. En muchas ocasiones, esta forma de coacción se realiza tan sutilmente y por personas tan cercanas, que es difícil distinguirlo y no acabar sucumbiendo.
Las frases más comunes empleadas en el chantaje emocional son: «Tú sabrás lo que haces», «Si de verdad me quieres…», «Luego no me digas que no te lo avisé», «Un día vas a matarme de un disgusto», etc.
Aunque algunos no representan un gran malestar «a priori», a largo plazo recurrir frecuentemente a dicha estrategia deteriora gravemente las relaciones y el entorno en el que transcurren (laboral, familiar, personal, etc.), debido a su intencionalidad de control y dominio con las que se hace mucho daño emocional.
Las personas que suelen emplear esta estrategia suelen presentar baja autoestima y ser muy inseguras, por lo que necesitan dominar la situación, ya que temen ser rechazados, perder a las personas de su entorno, etc. Aunque también dicha estrategia puede ser adquirida por aprendizaje desde la infancia.
Los chantajes emocionales, independientemente del ámbito en el que transcurren, siempre tienen en común varios factores: se presentan en forma de exigencia que debe ser solventada cuanto antes; el chantajista quiere tener razón, no acepta las opiniones de los demás y presiona hasta lograr que se haga lo que desea; se suele amenazar con las consecuencias negativas que se tendrán si no se accede a la petición.