A veces decimos que sí a peticiones de los demás cuando en realidad queremos decir que no, aún sabiendo que nos sentiremos más agobiados y frustrados, pero si sabemos esto, ¿por qué lo seguimos haciendo?
Normalmente, actuamos de esta forma aparentemente incongruente por diversos motivos:
-Intentamos hacer por los demás lo que nos gustaría que hiciesen los demás por nosotros. Pero no debemos hacer las cosas esperando que nos correspondan porque esto no siempre sucederá así y nos sentiremos muy frustrados.
-Nos gusta cumplir con nuestra palabra. Pero también tenemos derecho a equivocarnos, y si no podemos hacer algo tenemos que ser conscientes.
-No queremos conflictos con los demás o que piensen mal de nosotros.
No ponernos límites hace que cedamos a presiones externas y resta calidad a las relaciones que tenemos con nuestro entorno. En todos los entornos de nuestra vida, tanto personal como laboral, tenemos que poner límites, simplemente por respeto a nosotros mismos, y a nuestras necesidades, no podemos responder llamadas de trabajo o mensajes de madrugada o acceder a hacer de todo por un amigo o amiga, sin que esto no nos genere malestar, enfado o frustración, ya que estamos olvidándonos de nosotros mismos.
Mis consejos son:
-Establece tus prioridades.
-Aprende a decir que no.
-Si dices que si a algo, que sea porque realmente puedes y quieres.
-No te sientas mal por no poder cumplir las expectativas de todos.