Tras elevadas exigencias de nuestro entorno y estrés, se produce un estado de agotamiento físico y psicológico crónico que produce la sensación de estar agotado pudiendo llevarnos a padecer ansiedad o depresión.
Los signos más comunes son: trastornos del sueño, nerviosismo, angustia, impotencia, problemas digestivos y dificultades para concentrarse.
El agotamiento psicológico es más común entre trabajadores relacionados con la asistencia sanitaria tales como: enfermeros, médicos, bomberos, etc.
Para poder enfrentarnos a las mismas con éxito, necesitamos desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas así como, saber relajarnos, y ponernos límites.