La teoría del doble vínculo surgió inicialmente para explicar las alteraciones cerebrales que se producían en las personas que padecían esquizofrenia, pero en la actualidad nos comenta la importancia de comunicarse de forma adecuada y coherente para nuestro equilibrio emocional. En concreto, esta teoría postula que si la persona recibe dos mensajes contradictorios le surgen dudas sobre la veracidad y el propósito de los mismos, así como sobre el emisor de dicho mensaje, conllevando fuerte malestar. Esta situación se puede dar de forma frecuente en situaciones cotidianas cuando, por ejemplo, nuestra pareja nos promete amor eterno y seguidamente durante la convivencia parece ignorarnos, cuando nuestro médico nos aconseja no fumar pero él no puede parar de hacerlo o cuando nuestro jefe nos pide que nos involucremos con iniciativas pero luego parece que nos «castiga» si proponemos nuevas ideas. El doble vínculo suele darse de forma reiterativa a lo largo de la relación (afectiva, laboral, personal) entre personas que son importantes la una para la otra. Además, una de ellas mantiene una posición de privilegio frente a la otra, por lo cual queda mermada la capacidad para romper con este «círculo vicioso». Es habitual que se produzca en forma de chantaje emocional dentro de las relaciones tóxicas y que lo hayamos normalizado, ya que hasta los mismos medios de comunicación o la publicidad lo emplean a diario. Las personas que llevan mucho tiempo bajo este doble vínculo pueden experimentar inseguridad, ansiedad, apatía, culpabilidad, confusión, frustración, resignación y llegar a cuestionarse a sí mismas.