Como en anteriores artículos comentaba según datos de la OMS, España será uno de los países con más población envejecida de todo el mundo en el año 2050, por lo que cada vez habrá mayor dependencia.
Como dependencia se entiende la necesidad de ayuda por parte de una tercera persona para llevar a cabo actividades de la vida diaria.
Como consecuencia de esta situación unida a la disminución del número de miembros que componen la unidad familiar en la actualidad y por tanto, la disponibilidad de ayuda, cada vez necesitaremos mayor número de cuidadores. La gran mayoría de cuidadores suelen ser familiares de las personas dependientes, normalmente mujeres que dedican casi todo su tiempo a dicha labor sin recibir ningún tipo de remuneración y sin formación específica.
Está situación prolongada en el tiempo suele conllevar el padecimiento del síndrome del cuidador quemado. Dicho síndrome consiste en un profundo desgaste físico y emocional del cuidador que genera sentimientos negativos como soledad y tristeza, baja motivación, ansiedad, depresión, irritabilidad, fatiga, elevados niveles de estrés, insomnio, dificultades para mantener la concentración, aislamiento social, etc.
Evidentemente, dicho síndrome empeora la calidad ofrecida en los cuidados a la persona dependiente generando mayor irritabilidad y trato despersonalizado que disminuye los niveles de satisfacción con la labor propia, así como la disminución de la percepción de eficacia que eleva los sentimientos de culpabilidad y estrés del cuidador y del dependiente.
Algunos factores predisponentes del síndrome del cuidador quemado son:
-Elevada edad de la persona dependiente.
-Enfermedades: gravedad, grado de evolución.
-Ausencia de colaboración o ayuda de otros familiares.
Mis consejos son:
1. Aprender a pedir ayuda sin sentirnos culpables, reconociendo nuestros sentimientos.
2. Dedicar tiempo de autocuidado para reconocer las emociones propias, llevar a cabo ejercicio físico, aprender técnicas de relajación, realizar actividades de ocio.
3. Tener información sobre la enfermedad que afecta a la persona dependiente.
4. Mejorar nuestra red de apoyo.