Muchas veces se infravalora la importancia de la salud mental en la tercera edad, pero debemos tener en cuenta que el envejecimiento plantea nuevos retos como: la jubilación, mayor dependencia, enfermedades físicas y psicológicas, readaptación de las rutinas y actividades diarias, sentimientos de soledad, etc.
Todos estos cambios provocan un aumento en la percepción de inutilidad así como de suponer una carga para los más allegados.
Aunque la OMS afirma que algunas de las enfermedades más comunes en la tercera edad son: la depresión, las demencias o el síndrome confusional agudo, no deben ser consideradas como estados inherentes o consecuencia directa de la vejez, ya que esta conclusión nos llevaría a cometer el error de hacer más vulnerables a las personas mayores y privarlos de la necesidad de ser valorados y atendidos psicológicamente.
En el año 2050, la OMS estima que la población mundial mayor de 60 años alcanzará los dos millones de habitantes por lo que se debe luchar por la mejora en los medios para la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales.
Mis consejos para mejorar la salud mental en la tercera edad son:
-Valorar las necesidades individuales, respetando sus diferencias y gustos.
-Fomentar la autonomía y el sentimiento de utilidad.
-Llevar a cabo ejercicio físico.
-Realizar actividades de estimulación intelectual.
-Recibir una asistencia sanitaria adecuada.
-Contar con una red de apoyo social.