A veces hay que parar

Debido al ritmo acelerado que llevamos en nuestro día a día, en el que no podemos permitirnos parar a pensar, es normal que en ocasiones nos cueste volver a reconectar con nosotros mismos, llegando a cuestionarnos y a olvidar los gustos y aficiones que teníamos antes de entrar en esta espiral de estrés. Esto nos impide sentirnos bien con nosotros mismos, pareciendo que siempre nos falta algo y no disfrutando plenamente de los momentos. Cuando estamos atravesando este estado de confusión momentáneo por el estrés, llegamos a plantearnos que no nos conocemos realmente, sobre todo cuando debemos ahondar en partes de nuestro pasado de las cuales no estamos orgullosos, lo que conlleva un rechazo que nos impide avanzar. 
Si queremos volver a ser nosotros mismos debemos dedicar tiempo a lo que nos gusta, y darnos margen para pensar tranquilamente, confiar en nuestro criterio de decisión, salir de nuestra zona de confort, y darnos la oportunidad de experimentar y plantearnos nuevas metas.