Conforme crecemos nos cuesta cada vez más ilusionarnos por las cosas o sentir euforia por un proyecto nuevo, esto es debido a que cuando somos niños cada pequeña cosa que se nos plantea nos motiva y genera expectativas maravillosas sin límites, pensamos que todo es posible y vivimos intensamente, pero cuando vamos madurando y descubrimos que esto no es así ya que no todos nuestros sueños se hacen realidad, se apodera de nosotros la apatía, la frustración y la decepción, llegando a costarnos en ocasiones un gran esfuerzo sentir ilusión de nuevo por algo.
La ilusión es muy importante, ya que nos motiva y nos hace no desistir fácilmente de nuestras metas, generándonos alegría en el día a día.
Siempre debemos tener ilusión por algo, para tener así un motor para seguir adelante con nuestra vida.
Mis consejos para recuperar la ilusión por las cosas son: que intentes volver a alegrarte por las cosas pequeñas y cotidianas que ya damos por hecho, que te sigas planteando pequeños retos que siempre quisiste hacer (a lo mejor cuando lo intentaste y no obtuviste buenos resultados, simplemente fue porque no era el momento propicio para ello), y que siempre tengas un proyecto en mente por cumplir.
Las ilusiones cambian a lo largo de la vida pero a cualquier edad debemos tenerlas, por ejemplo: cuando somos niños, ir al cumpleaños de un amigo o comer nuestra comida favorita pueden representar un evento que nos entusiasma, mientras que conforme nos hacemos mayores nuestras ilusiones pueden ser viajar, mejorar nuestro empleo, aprender algo o ver crecer a nuestros hijos o nietos.