En muchas ocasiones cuando comenzamos a encontrarnos con más ansiedad o más deprimidos, nos damos cuenta de que comenzamos a tener más dificultades para recordar las cosas o prestar atención durante un tiempo prolongado a alguna tarea, teniendo que anotarnos casi todo y sintiéndonos frustrados por este nuevo hándicap, pero debo aclarar que es una característica más de estar padeciendo ansiedad o depresión. Algunos trastornos interfieren en nuestras capacidades cognitivas, provocando que tengamos cada vez más errores, esto es debido a que tendemos a recordar las imágenes y palabras congruentes con nuestro estado de ánimo, por lo que si nos sentimos tristes, enfadados y frustrados, daremos más importancia a los estímulos negativos, apoderándose estos de nuestra atención y memoria, llegando a cambiar nuestra forma de procesar la información, dándole prioridad a lo negativo y distorsionado así nuestra percepción de la realidad. Este círculo vicioso que se retroalimenta de nuestras emociones negativas es difícil de romper pero debemos entrenar nuestro cerebro para intentar cambiar nuestro estado emocional, retomando así nuestras vidas. Un buen comienzo será confiar en que puedes mejorar tu situación y volver a sentirte mejor.